Cuando iniciamos el ejercicio, no sabía que en Madrid existía un viaducto y que estaba tan centricamente ubicado.
Al llegar allí y comienzo a bajar por la escalinata del fotógrafo Alfonzo, mi sorpresa fue aún mayor, ya que con cada paso que daba iba descubriendo, detrás de la vegetación, esa arquitectura tan imponente que se posa y si adueña de la calle segovia.